Este lunes se abre el plazo para recibir aportaciones ciudadanas con el objetivo de conseguir entre 15.000 y 23.000 euros. En 20015 La Invisible consiguió por el mismo medio rehabilitar su patio y abrirlo al público ante el intento de desalojo.
La pasada primavera la Fundación de los Comunes, de la que forma parte La Casa Invisible, obtuvo la declaración de interés general municipal, requisito último exigido por el Ayuntamiento para la cesión del inmueble de calle Nosquera. Desde entonces, el propio Francisco de la Torre, que había asegurado que ya estaba todo en marcha, se ha negado a dar ninguna explicación sobre el silencio del equipo de gobierno. En La Casa Invisible sospechan que detrás de este bloqueo está la intención de retrasar lo más posible la rehabilitación para que el deterioro del edificio justifique un nuevo intento de desalojo, como el que tuvo lugar en la Navidad de 2014. Aquel intento se frenó con una enorme manifestación y una campaña, como la que ahora se inicia, que consiguió los fondos para rehabilitar el patio y abrirlo a actividades públicas.
«No podemos esperar más, queremos recuperar toda la Casa para la ciudadanía lo antes posible», han declarado los portavoces de La Invisible. Por eso, han decido actuar de manera inmediata y empezar la primera fase con una obra modesta pero necesaria. Su intención es «demostrar, una vez más, con hechos a los responsables del Ayuntamiento que vamos en serio» y aspiran a que su campaña de crowdfounding (micropréstamos ciudadanos), que arranca este lunes, consiga un mínimo de 15.000 euros y un máximo de 23.000.
Esta es la cantidad necesaria para iniciar la primera fase de las cuatro que recoge el proyecto de rehabilitación del equipo de arquitectos de la Invisible: unas actuaciones respetuosas con la singularidad del edificio, que evitan la paralización de las actividades actuales de la Invisible pues al finalizar cada fase se abre al público el nuevo espacio rehabilitado.
Rehabilitar sin cerrar
Esto contrasta radicalmente con el plan que en su día propuso el Ayuntamiento: su planteamiento y recursos exigían el desalojo integral de la Casa durante el tiempo de ejecución de la obra sin garantía alguna de regreso cuando finalizaran. Además, proponía un modo de hacer poco respetuoso con la idiosincrasia del edificio, «cuyo valor patrimonial queremos defender y proteger», aseguran en La Invisible. El proyecto social y cultural de La Invisible también es el edificio que lo acoge, y la Asamblea quiere dejar al Ayuntamiento sin la excusa de una posible ruina por abandono premeditado.
«Se puede hacer ciudad de otra manera, más sostenible e incluso más económica, un ejemplo para quienes quieren crear ciudad sin destruirla. Por eso pedimos a la ciudadanía que se implique con el crowdfunding para seguir regando este semillero de ideas y experimentación y contribuir a una formación activa en bioconstrucción y rehabilitación».